Dime cómo hablas...



"Lengua coloquial" y"jerga juvenil": esa podría ser (a priori, corregidme si me equivoco) la lengua funcional que empleáis la mayor parte del tiempo y, tal vez, más a gusto. Habría que añadirle las peculiaridades del castellano en Aragón (de lo que hablaremos en unos días). Pero de momento, para que además de emplearla, conocerla y entenderla, seáis capaces de reflexionar sobre ella y describirla, os propongo una actividad que se puede realizar individualmente o en grupo (esta en particular, yo recomiendo hacerla en grupo), y que como todas nuestras actividades voluntarias, tendrán nota extra (para ver en qué consiste esta actividad, id al final del post, que antes quiero contaros un par de cosillas).

La lengua coloquial es sin duda la variedad del lenguaje cuantitativamente más empleada: prácticamente todos los hablantes la usan y durante gran parte de su tiempo Y sin embargo, no siempre se ha recogido por escrito o ha tenido reflejo en la literatura, precisamente porque la situación en y para la que surge es la lengua oral de un entorno afectivo o familiar, que no es precisamente en el que se emplea la lengua escrita o literaria.


Si os acordáis, fueron los escritores realistas de la segunda mitad del XIX, precisamente por su afán de reflejar fielmente toda la realidad (la lingüística tamibén) los primeros en intentar recoger en sus obras la forma de hablar que se empleaba en el día a día. Hasta entonces, todos los personajes de las obras literarias, fuera cual fuera su condición social y la situación en la que se encontraban, empleaban una lengua que, aunque podía incluir alguna expresión coloquial o popular, seguía mayoritarameinte los rasgos del registro formal y la lengua culta (o, como poco, etstándar cuidada, tirando a culta). Benito Pérez Galdós, Leopoldo Alas "Clarín" o Emilia Pardo Bazán abrieron paso para que ya en el siglo XX la literatura refleje constantemente y de manera casi natural esta forma de hablar, e incluso en algunas obras, adquiera muchísima importancia, bien para caracterizar a los personajes, bien para lograr viveza e incluso humor. Y aquí os dejo algún ejemplo de cómo esto sucede no sólo con la lengua coloquial, sino también con la jerga juvenil (por si os da ideas para vuestro glosario):

La primera es una novela muy dura (a pesar de lo que pudiera parecer a primera vista por su tema): Historias del Kronen, de José Ángel Mañas. Su protagoonista es Carlos, un chico de clase acomodada madrileña (lo que conocemos precisamente en la lengua coloquial como un "pijo") que vive únicamente para la vida nocturna, la juerga, los locales de marcha, el alcohol, las drogas y las relaciones esporádicas, y que cae en una especie de nihilismo (nada en realidad le importa, nada en realidad le llena, su vida está vacía de emociones o sientmientos auténticos) que le llevan a buscar experiencias cada vez más límite, búsqueda que terminará en tragedia. 

Toda la novela recoge la jerga juvenil que caracteriza al protagonista y su grupo de amigos como una generación sin valores, sin intereses, sin responsabilidades ni preocupaciones. Polémica visión de la juventud o, al menos, una parte de ella que invita, sin duda, a reflexionar sobre hasta qué punto puede ser realista o no (y los jóvenes en este punto tenéis mucho que decir)

La novela se hizo muy célebre sobre todo tras su adaptación al cine por Montxo Armendáriz, Aquí os dejo una breve presentación de la película para una televisión hispanoamericana:



Por cierto, ¿estás de acuerdo con la visión de la juventud española que se da en la película? ¿Por qué sí o por qué no? Si te apetece, explícalo en un comentario a esta entrada.

También os dejo el vídeo de la canción más conocida de su banda sonora. Un éxito de la música indie española de los 90:



Las otras dos obras son mucho más divertidas y menos duras. Se trata de dos obras de teatro de los años ochenta del mismo autor, José Luis Alonso de Santos, y ambas adaptadas ya entonces al cine:  
  • Bajarse al moro cuenta las peripecias de dos primos, Chusa y Jaimito, sin trabajo fijo, que viven en un piso del Madrid más popular, compartido con Alberto (policia que tiene un rollete con Chusa y una madre de lo más peculiar). En ese piso acogen a cualquiera que necesite ser acogido, y a él traerá alguna que otra complicación Elena, una "pija" que se ha fugado de su casa y con la que planean "bajarse al moro" (es decir, ir a Marruecos a comprar marihuana: fijaos que ya el título es una expresión propia de la jerga juvenil más popular). No os dejo imágenes de la película, porque yo creo que es mejor leerla sin que la película haga que te imagines a los personajes de una determinada manera. Eso sí, aquí tenéis una guía de lectura muy interesante y completa.





  • La Estanquera de Vallecas narra como dos delincuentes de poca monta atracan un estanco (en el que solo están una abuela de armas tomar y su poco agraciada nieta), y de pronto se ven sitiados  por la polícía y los vecinos. Las relaciones que se establecen entre los personajes durante el encierro forzoso, y la evolución de la situación, resultarán de lo más curiosas y divertidas, aunque la película tiene también su punto de drama o tragedia (pero no pienso deciros nada más). 








Las dos son divertidísimas y están llenas de personajes entrañables, de esos a los que incluso se les coge cariño, y que se caracterizan por el uso de la lengua coloquial y la jerga, más simplemente juvenil en Bajarse al moro, más cercana a la  de la delincuencia en La estanquera de Vallecas. Como toda obra de teatro, se leen en un suspiro y ambas tienen momentos realmente desternillantes, aunque también ofrecen  un trasfondo mucho más serio por debajo de la simple comicidad. Si alguna vez os apetece pasar un rato divertido, dadle una oportunidad a Chusa, a Jaimitio, a Alberto, a Elena, a Tocho, a  Leandro, a la Abuela, a su nieta....

Pero a estas obras se les nota un poco el paso del tiempo. La jerga juvenil, por definición, va cambiando de generación en generación, y así, como yo ya no estoy demasiado "al loro" de la jerga juvenil actual, os propongo que elaboréis un glosario (es decir, un vocabulario, una lista de términos definidos o explicados) de palabras y expresiones propias de la jerga juvenil actual ordenadas alfabéticamente. El mínimo serán veinticinco términos; máximo no hay. Pero cuanto más completo y mejor definidos estén, mejor será la nota (por eso recomiendo hacerla en grupo:el máximo por grupo serán cuatro alumnos).

¿Cómo reunir términos? Pensad en los que utilizáis vosotr@s , en los que usan otros jóvenes a vuestro alrededor, observad los medios de comunicación o buscad información (Internet, como para tantas otras cosas, está llena de posibilidades para esto).

Los que queráis participar, individualmente o en grupo, enviadme vuestros glosarios al correo electrónico antes del 5 de Diciembre.

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