El Quijote (nada más y nada menos)


En 1605, Miguel de Cervantes publicaba una obra titulada "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha" que resultaba absolutamente insólita en aquel momento. Llevaba 20 años sin publicar un libro (desde su primera obra, La Galatea) y según afirmaba en el prólogo, le movía un único, claro y concreto objetivo: acabar con los libros de caballerías, género que hacía furor en la época pero que él, como muchas otras voces cultas y sensatas, consideraba inverosímiles, disparatados y escritos de forma confusa, retorcida y engolada. Y lo hacía parodiando esos libros, es decir, imitando todas sus características pero de manera burlesca y a través, sobre todo, del humor: el que desprendía la historia de un hidalgo flacucho, cincuentón y soñador que enloquecía por leer estos libros en exceso hasta llegar a tomarlos por una verdad tan real que decide, él mismo, convertirse en caballero andante e irse a desfacer entuertos por los caminos y los pueblos de la España del XVI, en la que ya entonces todo lo caballeresco sonaba como algo antiguo y exótico.



La obra, que según las convenciones del género que imitaba, terminaba anunciando una segunda parte, tuvo un éxito rotundo e inmediato: se reeditó, se leyó, se comentó, se tradujo a los principales idiomas. Y antes de que Cervantes tuviera tiempo de publicar su prometida segunda parte (que tardó diez años), alguien con cierta enemistad con él y que se escondió tras el pseudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda publicó una segunda parte falsa o apócrifa que molestó profundamente a D. Miguel, Tanto,  que Cervantes utilizó para desmentirle al segunda parte auténtica de su obra, la que bajo el título de "El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha" fue publicada en 1615, y que terminaba con la muerte del personaje, entre otros motivos, para evitar futuras continuaciones por otra pluma que no fuera la del propio Cervantes.

Al parecer, en un primer momento pensaba escribir una novela corta, al estilo de las Novelas Ejemplares, pero al ver las posibilidades que ofrecía la historia , sobre todo tras el hallazgo del personaje de Sancho, decidió continuarla y así la novela se convirtió en lo que es hoy: después de la Biblia, la obra más leída, traducida, comentada e influyente de la literatura universal de todos los tiempos.

Así pues, la obra se divide desde el principio en dos grandes partes diferentes entre sí:
  •  La primera parte (1605) narra las dos primeras salidas de Don Quijote: la primera, él solo, para ser armado caballero y terminar apaleado; la segunda ya con el que será su inseparable compañero de fatigas y contrapunto genial, su escudero Sancho Panza, de la que volverá encerrado en una jaula creyendo la aventura caballeresca que le montan el cura y el bachiller, que intentan por todos los medios traerle de vuelta a casa. En esta primera parte, Don Quijote transforma la realidad para encontrar sus ansiadas aventuras con su imaginación (o locura) caballeresca y se intercalan historias secundarias protagonizadas por otros personajes.
  • La segunda parte (1615) narra la tercera y definitiva salida de Don Quijote. De esta segunda parte forman parte tanto la primera parte de la obra (que los personajes han leído y comentan) y el Quijote falso de Avellaneda, que Cervantes parece obsesionado por desmentir. Desaparecen las historias intercaladas y la narración se centra exclusivamente en la pareja protagonista. Por otra parte, es perceptible el pesimismo de los últimos años de su autor, porque el personaje ha perdido mucha de su energía y entusiasmo, y ya no ve la realidad transformada por la locura: son los otros personajes (el bachiller, los duques, el propio Sancho) los que la transforman para él creándole situaciones caballerescas, hasta la derrota final, a manos del bachiller disfrazado de Caballero de la Blanca Luna, que le obliga a volver a su pueblo y renunciar a ser caballero andante, lo que lleva a D. Quijote a enfermar, recobrar la cordura, renegar de los libros de caballerías y, finalmente, morir.
Se trata por tanto de una novela itinerante (como lo eran los novelas de caballerías), en que los personajes se desplazan encontrándose con muchos otros personajes, y en el que el tema principal (el ideal caballeresco y su choque con la realidad cotidiana) permite que se entrelacen multitud de temas secundarios en tono divertido o en serio (el amor, la amistad, la honra, la locura, la libertad....). Esta misma mezcla de lo trágico y lo cómico, lo serio y lo ridículo, lo sublime y lo grotesco, se da en todos los aspectos de la obra, incluso en el principal, la locura caballeresca de D. Quijote, porque aunque los libros de caballerías aparecen ridiculizados, sí se percibe cierta nostalgia y respeto por los ideales que había detrás, que el protagonista representa (la justicia, el honor, la lealtad, la amistad, el amor ideal....) y que aparecen en choque con una realidad prosaica y cotidiana en la que parecen no tener cabida. Así pues, este choque entre ideales y realidad puede considerarse el tema principal. (aunque no es, ni mucho menos, el único) de la obra.

Especial atención merecen los dos personajes principales, D. Quijote y Sancho, pareja antitética y complementaria (el idealista y el materialista, el soñador y el realista, el valiente y el cobarde, el altruista y el egoísta, el hombre culto y leido frente al inculto labrador....) a los que se les ha dado el valor simbólico de representar dos tipos de personas o dos actitudes presentes en el alma humana (y que en parte explican la universalidad de esta obra).

Ahora bien, aparte de este posible significado simbólico, son personajes complejos, individualizados y vivos a los que conocemos viéndolos actuar y escuchándolos hablar, como a los personajes de carne y hueso. Y son complejos, porque D. Quijote no es un simple loco ridículo: es tambiéns un ingenuo, un soñador movido por altos ideales (honor, justicia, bondad, amor espiritual...) que no tienen nada de ridiculo, y aunque está completamente loco en todo lo que tiene que ver con la andante caballería, se muestra perfectamente cuerdo para todo lo demás, e incluso más lúcido que el resto, y Cervantes pone en su boca reflexiones muy serias y acertasdas sobre temas como  la libertad, la honra, las armas y las letras, la sociedad ideal, el amor, la amistad, etc.

Sancho, aunque al principio se nos describe como un labrador de "muy poca sal en la mollera", muchas veces se comporta con la sensatez evidente del sentido común; se muestra siempre extraordinaria y, en algún momento, conmovedoramente fiel a su amo; y en episodios como el de la falsa ínsula Barataria da muestras del ingenio y la sabiduría populares, que llegan a ser asombrosos.

Aparte de ser una maravillosa historia de amistad inquebrantable, ambos personajes evolucionan a lo largo de la novela, contagiándose mutuamente en lo que se ha llamado "quijotización" de Sancho y "sanchificación" de Quijote. Así, el protagonista en la Segunda Parte ve la realidad tan cual es, y Sancho va  aprendiendo a transformarla mediante la imaginación caballeresca que ha conocido gracias a su amo, hasta el momento de la muerte, en que Alonso Quijano ha recuperado la cordura y es Sancho el que le anima a levantarse de la cama e irse a buscar nuevas aventuras como pastores.



Pero otra (o más bien, otras) de las genialidades de la obra es la forma en la que está contada, es decir, las técnicas narrativas y el estilo que utiliza Cervantes, caracterizadas también por la variedad, la innovación y riqueza, de tal manera que podemos decir que no hay técnica narrativa ni estilo que no esté presente de una forma u otra en el Quijote. 


Entre ellas, podemos destacar:
  • La parodia: todo en la obra es una parodia de los libros de caballerías, cuya estructura, tipo de aventuras, personaje itinerante, narrador y otros elementos se imita para ridiculizarlos en su choque con la realidad.
  • El humor, la ironía, la comicidad.
  • El juego de narradores (autores ficticios): el narrador dice seguir los manuscritos de distintos autores que han escrito sobre D. Quijote (lo que era habitual en los libros de caballerías), especialmente el de un historiador arábigo, Cide Hamete Benengeli, que escribió en árabe, por lo que recurre a un traductor que también modifica la historia, ofreciéndonos así todo un juego narrativo y de perspectivas sobre los propios hechos que cuenta.
  • El perspectivismo: en la obra., las cosas no son por sí mismas, sino que dependen de la visión que de ellas tienen los distintos personajes, que a veces contrastan (lo que para Sancho son molinos, para D. Quijote son gigantes; la que para el resto del mundo es una ruda labradora, para D. Quijote es una hermosa señora, Dulcinea; lo que para el barbero es una bacía, para D. Quijote es un valioso yelmo...)
  • La importancia del diálogo (y secundariamente los monólogos), constante e incesante: los personajes hablan continuamente, como sucede en la vida real, y así permiten que el lector los conozca, como a seres vivos y casi reales.
  • El juego entre realidad y ficción: en la obra se incluyen muchos elementos y personajes reales (incluso el propio libro, el de 1605, forma parte del universo del de 1615, así como el Quijote de Avellaneda, el propio Cervantes, el Gran Capitán, etc.) y los elementos ficticios se tratan en todo momento como si fueran reales y verdaderos, jugando constantemente con realidad y ficción, que generalemnte están netamente separados por una "barrera" (y este es uno de los aspectos más innovadores en los que el Quijote muestra una modernidad asombrosa).
  • La inclusión de distintos estilos o tipos de lengua, que en gran medida contribuye a caracterizar a los personajes: por ejemplo, Don Quijote habla con el estilo retorcido y arcaizante de los libros de caballerías, Sancho emplea continuamente refranes, palabras vulgares y continuas confusiones idiomáticas. Al final, Sancho utiliza con soltura el vocabulario caballeresco y D. Quijote empieza a utilizar refranes, de forma paralela a sus respectivas “quijotización” y “sanchificación”.
  • La verosimilitud e incluso el realismo.: en el Quijote se refleja fielmente la realidad cotidiana en todos sus aspectos, incluso aquellos que hasta ahora habían tenido poca cabida en la literatura. De ahí que consiga crear un universo total y completo, reflejo de la vida en toda su complejidad, que es uno de los aspectos en los que se aleja de la narrativa de su tiempo y que hacen de la obra la primera novela moderna.






El Quijote es, por tanto, una novela riquísima y compleja, que ha tenido (y sigue teníendo) múltiples interpretaciones y lecturas, casi tantas como lectores, hecho que ya preveía Cervantes en el Prólogo a su Primera parte, en donde dice:."procurad también que, leyendo vuestra historia, el melancólico se mueva a risa, el risueño la acreciente, el simple no se enfade, el discreto se admire de la invención, el grave no la desprecie, ni el prudente deje de alabarla. "




Para aclarar un poco el significado de la obra, nosotros vamos a limitar a destacar tres:
  • La interpretación existencial: la obra refleja algo común a la existencia (la vida) de todos los seres humanos: el choque entre nuestros sueños y lo que la realidad nos permite, los ideales que uno busca y los limites impuestos por lo que lo que nos rodea ; entre nuestra subjetividad y la objetividad. Se basa en el simbolismo de los personajes de D. Quijote y Sancho y su evolución (aspectos explicados más arriba).
  • La interpretación literaria: también muy rica y compleja:
    • El Quijote es un libro sobre la literatura (es lo que se denomina "metaliteratura"): habla de los libros de su tiempo (muchos se mencionan, se comentan, se critican...), del proceso de lectura (D. Quijote es un mal lector, que no respeta la ficcionalidad), del proceso de escritura y de muchas otras cuestiones literarias sobre las que se reflexiona en la obra, como el choque entre realidad y ficción, la verosimilitud, cómo debe ser una novela, la unidad o variedad de lanarración, el estilo que debe utilizar... 
    • Es, además, una síntesis de la narrativa de su tiempo: todos los subgéneros están presentes de una forma u otra, en serio o parodiados, y la obra mezcla genialmente los dos tipos de relato (realistas e idealistas) característicos del Renacimiento. 
    • Pero su significado literario apunta también hacia el futuro, ya que estamos ante la primera novela moderna, que crea un universo complejo y completo paralelo al real; que cuenta vivencias, es decir, no meros sucesos, sino como los viven los personajes y como les afectan.; en la que los personajes evolucionan y cambian; hay preocupación por la verosimilitud y el lenguaje se adecúa a los personajes.
  • La interpretación en relación con su época: la novela reflejaría eel desengaño Barroco,  la pérdida de la fe en los ideales del Renacimiento ante la tiste realidad de la España de la época, marcada por la decadencia y la crisis, y en la que esos ideales parecen no tener cabida. Es decir, reflejaría el paso del Renacimiento del XVI al Barroco del XVII (de hecho, por el fondo y por la forma, presenta características de ambos).

De ahí nace ese trasfondo de tristeza que late por debajo de la comicidad de la obra (no en vano el sobrenombre de Don Quijote sera "El Caballero de la Triste Figura"), por la imposibilidad de lograr los ideales, los propios sueños, que se ven progresivamente derrotados por la realidad. La derrota de Don Quijote es la derrota de todos esos ideales renacentistas que tienen que rendirse para constatar que es verdad, que en nuestro mundo cotidiano, gris y prosaico, no hay aventuras, ni bellas damas, ni heroísmo,ni ocasión para las hazañas,  ni caballeros andantes... y es una pena que ni los haya, ni pueda haberlos jamás... a no ser que seamos lo suficientemente locos como para atrevernos a crearlos, claro está.

Comentarios

Adg ha dicho que…
Instructivo.
Adg ha dicho que…
Instructivo.
Luis Manteiga Pousa ha dicho que…
No hay que confundir el perspectivismo, o multiprismátismo, con el relativismo. Porque no todas las perspectivas son igual de válidas.

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