Góngora: príncipe de la luz y las tinieblas

DiegoVelázquez: "Luis de Góngora y Argote"
Luis de Góngora y Argote fue un poeta cordobés (allí nació en 1561 y allí volvió para morir en 1627), nacido en el seno de una familia acomodada (según no deja de sugerir el que sería su gran enemigo personal y literario, Francisco de Quevedo, de origen converso), que estudió en la Universidad de Salamanca y se ordenó sacerdote muy joven, aunque su amor a cuestiones profanas (la buena conversación, la vida de las tabernas, el juego, las composiciones poéticas profanas y satíricas...) hicieron que fuera amonestado por las autoridades eclesiásticas.

 Su traslado a la corte no solucionó los problemas económicos que le acompañaron toda su vida (al parecer, debidos a esa afición a algunos placeres mundanos). Allí entró en muchas polémicas literarias y algunos pleitos, pero consiguió un puesto muy importante: capellán del rey, Felipe III. En 1626, arruinado también por intentar conseguir cargos y bienes para todos sus familiares, enfermó, perdió la memoria y volvió a Córdoba, donde murió, sumido en la pobreza.

Apenas publicó ninguna de sus obras en vida, que sin embargo, circularon de mano en mano y fueron muy leidas y comentadas. Fue el máximo representante del culteranismo (hasta el punto que a este movimiento se le llamó también gongorismo), tendencia o corriente estilística dentro del Barroco, que complica la forma buscando siempre la expresión brillante, llamativa, retorcida, complicada y oscura, mediante la abundancia de adjetivos, las metáforas y comparaciones deslumbrantes y sorprendentes, las aliteraciones, las alusiones mitológicas, los hipérbatos, los cultismos, que a veces dificultan la comprensión del sentido literal de los poemas. Esta oscuridad, que se da sobre todo en los poemas mayores de su última etapa (la Fábula de Polifemo y Galatea y las Soledades, sobre todo), fue criticada ya en aquel momento, pero Góngora se mostraba orgulloso, llegando a decir que   «Honra me ha causado hacerme oscuro a los ignorantes, que ésa es la distinción de los hombres cultos».

En su poesía se distinguen dos grandes tendencias que se suelen hacer coincidir con dos etapas (aunque esto no sea del todo exacto):
  • Una de estas tendencias serían sus poemas menores, de tema amoroso, moral o satírico, que aunque ya presentan rasgos culteranistas, no muestran la oscuridad y retorcimiento expresivo de sus poemas mayores. Emplea tanto la métrica italianizante (especialmente el soneto) como la tradicional castellana basada en el octosílabo: décimas, romances, letrillas (composiciones satíricas en las que aparece un estribillo).... Estos poemas predominan hasta 1610, y algunos críticos apodaron al Góngora de esta etapa "Príncipe de la luz".
  • A partir de 1610, los recursos culteranistas, presentes ya en los poemas menores de la primera etapa, se intensifican y se hacen cada vez más abundantes, hasta el punto de complicar la comprensión del poema, por lo que algunos críticos lo apodaron en esta etapa "Príncipe de las Tinieblas", y a ella pertenecen sus tres poemas mayores:
    • Fábula de Polifemo y Galatea: un largo poema en octavas reales que cuenta una historia mitológica muy del gusto Barroco, sobre todo por los contrastes: el cíclope Polifemo, un gigante monstruoso de más de cuatro metros con un solo ojo en la frente, que vive en la maravillosa y exhuberante isla de Sicilia, se enamora de una hermosa y delicada ninfa, Galatea, que lo rechaza, al estar enamorada de Acis, joven y apuesto. Los celos llevan a Polifemo a aplastar a Acis con una piedra, y de su sangre surgirá el principal río de Sicilia, llamado precisamente Acis. Góngora describe la isla y a los personajes, y  narra esta historia, mediante una acumulación de recursos culteranistas tal, que hoy (y para muchos ya entonces) es prácticamente imposible leerla sin aclaraciones y -casi, casi- "traducciones"(podéis ver un ejemplo aquí.).
    • Las Soledades, un larguísimo poema incompleto que mediante la silva (sucesión caótica de versos endecasilabos y heptasílabos sin un esquema métrico definido) recrea el tópico  clásico de la vida apartada y sencilla en contacto con la naturaleza (el Beatus ille).
    • La Fábula de Píramo y Tisbe, romance que recrea esta historia mitológica (un argumento muy similar a Romeo y Julieta, de amores imposibles por oposición familiar que termina con la muerte de los dos protagonistas por un encadenamiento de azares desgraciados) pero parodiada, es decir, burlándose de ella y degradándola. Con ello intentó dignificar la parodia, tan del gusto barroco, al utilizar en ella la lengua hiperculta y extrema del culteranismo.

Góngora, precisamente por su oscuridad y dificultad, fue un poeta olvidado y casi menospreciado durante mucho tiempo, hasta que a principios del siglo XX un grupo de jóvenes escritores vinculados a las Vanguardias del momento lo reivindicaron y homenajearon activa y públicamente en el tercer centenario de su muerte, en 1927, de tal modo que eso se convirtió en un acontecimiento que los unió y le puso nombre como grupo poético, la Generación del 27, de la que formaron parte, nada más y nada menos,  poetas como Lorca, Alberti, Pedro Salinas, Cernuda o el Premio Nobel de Literatura Vicente Aleixandre. Casi nada.

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